Los epitafios están escritos unas veces por el propio fallecido, otras, por quienes le conocieron, para alabarlo o despreciarlo. Lo cierto es que queda ahí, escrito en la piedra, gritándole al mundo que no se olvide del fallecido.
Existe una leyenda urbana, por así decirlo, que dice que en la tumba del famoso humorista Groucho Marx hay una inscripción que dice : “Perdone que no me levante”.
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